lunes, 11 de noviembre de 2013

LA GAITA DE CERVERA EN EL LIBRO 'DANZAS TRADICIONALES DE LA RIOJA' DEL IER (1992)

Pedro Juan González Alfaro nos envía otro documento sobre la Gaita de Cervera.
 
Se trata de un texto de José Antonio Quijera Pérez recogido en el libro 'Danzas tradicionales de La Rioja', publicado en el año 1992 por el Gobierno de La Rioja. IER (Instituto de Estudios Riojanos).
 
 
*****
 
LA GAITA DE CERVERA.

            Cervera del río Alhama celebra las fiestas anuales con danza: San Gil el 31 de Agosto y el 1, 2, 3 y 4 de Septiembre y Santa Ana los días 25, 26, 27 y 28 de Julio. La danza de Cervera es popularmente denominada “La Gaita” y los danzadores cerveranos son conocidos como “los gaiteros”.
            Estos gaiteros utilizan indumentarias diferentes según los días de la fiesta. Para la víspera de San Gil y Santa Ana visten un pantalón normal de calle, camisa blanca, alpargatas blancas bordadas, faja blanca con motivos referentes a la vida de estos santos, pañuelo rojo al cuello y dos mantones grandes cruzados por pecho y espalda, uno sobre cada hombro.
            Para los días mayores cambian el pantalón normal por un pantalón blanco con bordados en los costados externos.
            Además emplean unas castañuelas llamadas pulgaretas que van adornadas con unos grandes cubre-manos en forma de rosetones de tela de colores conocidos como firifollos.
            En el pasado los gaiteros solían ser unos 40 hombres de edades comprendidas entre los 18 y 25 años, normalmente solteros, aunque en el presente este número suele ser algo menor.
            En La Gaita intervienen otros dos chicos, los banderas, que visten como sus compañeros. Cada uno lleva su correspondiente bandera, es decir, una alta cruz construida con un largo palo que hace de brazo vertical y otro muy corto que es el brazo horizontal. Va cubierto con una larga cinta blanca o roja que sube a lo largo del mástil enrollándose. En la punta superior se coloca una faldilla muy pequeña o sayal, con flores bordadas y como remate superior un ramillete de flores y cintas de colores colgando.
            La función de los banderas es la de dirigir La Gaita e indicar los sucesivos cambios coreográficos que se van sucediendo, agitando la bandera en el aire mediante un movimiento conocido como “el caracolillo”.

FIESTAS DE SAN GIL.

            La imagen de este santo se guarda durante el año en el camerino de la iglesia parroquial, y es bajado por los mayordomos de la Cofradía de San Gil a la vez que La Gaita entra danzando al interior del templo, ejecutando unos números coreográficos conocidos como “la cruz”, “la uve”, “la ese” y “la ge”, letras que corresponden respectivamente a las palabras “viva”, “san” y “Gil”. Mediante estas coreografías concretas danzan los desarrollos de una cruz, una “v”, una “s” (movimiento serpenteante) y una “g” (movimiento en espiral).
            Luego se escucha el grito “¡Viva San Gil!”, coreado por todos los cerveranos presentes.
            Seguidamente La Gaita sale de la Iglesia hasta el centro de la plaza en donde, en dos filas, interpretan varias coreografías similares a las anteriores. Parece ser que en el pasado estos números coreográficos eran más numerosos aunque en el presente no pasan de quince diferentes. Siempre sobre un soporte musical de agudo.

LOS MÚSICOS.

            Hace años que a Cervera acuden los gaiteros de Estella, en el presente los Montero. Alguna vez recientemente ha acudido el gaitero de Albelda.
            En cuanto a la melodía de La Gaita de Cervera, observamos dos tipos de modelos melódicos diferentes conjuntados con una especie de suite que se va repitiendo una y otra vez mientras los gaiteros cerveranos danzan, unos ritmos de contradanzas en el sentido estricto de la palabras, y otros, más numerosos, de agudo.
            Se trata de formas musicales más modernas en comparación con los ritmos tradicionales riojanos. Sin embargo, el agudo es sin duda alguna mucho más arcaico, posiblemente el modelo melódico originario de La Gaita al cual se le unieron, en época más reciente (hacia el siglo XIX) otras melodías de moda, en concreto polcas, con el mismo ritmo binario que permitía mantener la estructura coreográfica original de esta danza.

1 comentario: